Música: it’s raining again/ Supertramp
Buenos días amigas, buenos días amigos, Parecerá broma pero este es el programa Num. 408 de Las Ondas del Vino. ahí es nada.
Aquí estamos de nuevo para hacer surgir en Tierra Bobal, Las Ondas del Vino.
Puedes sintonizarnos en el 107.7 de la FM de Radio Utiel.
O… te vas a internet y por streaming a través de radioutiel.es
Nos encontramos en Utiel, a orillas del río Magro rodeados de Viñedos y Bosques, Tierra Bobal!! Aquella en que su eslogan decía, “donde el bosque abraza al viñedo”. Lo del abrazo va a ser cada día algo más exclusivo, pero mira, mejores podrán ser los abrazos!!
No ha sido mucho pero oye esta última borrasca llamada Mónica, era bonito el nombre eh! aún ha dejado más de 20 litros en Camporrobles, y por aquí abajo en la centralidad de Tierra Bobal unos 14 creo yo, o eso me pareció cuando miré AVAMET.
No nos está sacando Supertramp de la sequedad, pero algo hace, vamos a cambiar de autor aunque dejemos el mismo tema.
Imaginamos que las gentes de los sembrados, los que se hayan atrevido a sembrar, les habrá venido Dios a ver con este regalito de Mónica.
Pero los de los cultivos profundos como nuestra querida vid, no salen de su asombro. Llueve, poco tan poco que incluso para aliviar la pena que les invade açun de dicen “ mira por lo menos lo que llueva a sí suave pausado que no se pierde una gota, que si vienen esas tormentas de 100 litros corren las aguas y no nos sirven de nada, así al menos caiga lo que caiga, se aprovecha todo…” Esa es la paciencia y la filosofía de las gentes del medio Rural. Encontrando siempre la mejor posición hasta en las que vienen mal dadas.
Semana vitivinícola
Si por algo se caracteriza el sector agrícola es, precisamente, por la oscilación de sus producciones. Sujetas a factores climáticos, ajenos a la intervención humana, hacen que sus curvas de precios presenten dientes de sierra de cierta profundidad. Vaivenes que, si bien son asumidos por los viticultores como naturales, presentan una preocupante tendencia negativa que cuestiona seriamente el futuro del sector tal y como lo entendemos en la actualidad.
Aplicar medidas puntuales (como destilaciones de crisis o vendimias en verde) para problemas circunstanciales resulta muy conveniente. Incluso cuando estamos hablando de situaciones tan especiales como fuera la declaración de una pandemia mundial en 2020 que supuso el confinamiento de la población por primera vez en la historia. Pero resultan totalmente inútiles ante aquellos problemas estructurales relacionados con un cambio en los hábitos de vida, consumo, alimentación y preocupación por cuestiones medioambientales o relacionadas con los efectos que sobre la salud pudiera tener la ingesta de alcohol.
Son muchos los estudios, de los que desde este medio nos hemos venido haciendo eco y difundiendo, que nos avisan de que el consumo de vino disminuirá, que ello irá acompañado de una reducción de la producción y un abandono de viñedo.
Para el supuesto de que estas proyecciones no estuviesen erradas y acabará sucediendo lo que se prevé, yo me pregunto: ¿cuál sería el país o el tipo de producto que más se vería perjudicado, ¿el de un alto valor añadido ganado a base prestigio y representatividad social, o el de bajo precio y perfectamente sustituible por otras alternativas?
Pues esta parece ser la pregunta del millón, quién en esta lucha va a caer el primero?